Jóvenes escuchan a Alejandro Solalinde en el Eastside Café.Foto: Rubén Tapia.
Bertha Rodríguez-Santos
La sociedad civil mexicana ha asumido uno de los retos más grandes de su historia: transformar el México de la impunidad y la violencia en un país incluyente, democrático y justo, a través de una nueva Constituyente Ciudadana y Popular convocada por numerosas organizaciones sociales e individuos. Los migrantes también se incorporan a este esfuerzo según se expresó durante la visita por el sur de California, del defensor de los derechos humanos de los migrantes, Alejandro Solalinde.
Del 18 al 20 de febrero, el sacerdote católico sostuvo reuniones con la comunidad académica, organizaciones en solidaridad con Ayotzinapa, representantes de iglesias y otros miembros de la comunidad migrante del área de Los Angeles, para informar sobre la propuesta ciudadana para reconstruir México.
Durante las conversaciones, coordinadas por la Coalición Latinoamericana por Ayotzinapa-Los Angeles, Solalinde dijo que la desaparición de los 43 estudiantes en Guerrero es considerada como un crímen de Estado en contra de la humanidad.
Agregó que ésta puso al descubierto miles de desapariciones y asesinatos que revelan que en el país el crimen organizado ha infiltrado varias esferas del gobierno.
El de Ayotzinapa es un crimen de estado, explicó Solalinde, porque durante los hechos del 26 y 27 de septiembre estuvieron involucradas instalaciones del ejército; la detención de los muchachos fue hecha por policías uniformados y el traslado fue realizado en vehículos oficiales, por órdenes de autoridades legítimamente constituidas.
Ayotzinapa, indicó Solalinde, se ha convertido en un símbolo de lucha por un cambio que tiene que ver con México pero también con Estados Unidos, ya que lo sucedido es sólo una de las consecuencias del sistema económico neoliberal que ha ampliado la brecha entre pobres y ricos y que ha llevado a una descomposición moral por parte de “un gobierno simulador hacia afuera pero que no sólo no brinda seguridad sino que hay que cuidarse de él”.
La ciudad de Pomona, primera en Estados Unidos en aprobar una resolución para pedir una investigación internacional independiente sobre Ayotzinapa. Foto: Atalia Cervantes.
El fundador del refugio para migrantes centroamericanos “Hermanos en el Camino”, dijo que el gobierno mexicano miente al gobierno de Estados Unidos cuando trata de ocultar las violaciones a los derechos humanos de los migrantes que atraviesan territorio nacional.
El gobierno mexicano busca detener la migración al sur del país a petición de Estados Unidos, sin embargo, Solalinde atestigua que en las inmediaciones de instalaciones migratorias mexicanas se roba, viola y asesina a migrantes.
Incluso, dijo que desde ciertos centros migratorios salen llamadas a los familiares de los migrantes detenidos para pedirles dinero. Algunas autoridades hacen negocio con los migrantes como si fueran mercancías, señaló Solalinde ya que no todos los migrantes detenidos son regresados a sus países de origen “pasa el que paga”, denunció el sacerdote.
Nueva Constitución
El 5 de febrero, diversas organizaciones y sectores sociales de México se reunieron en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para convocar a una convención que desarrolle el proceso de un nuevo constituyente, que en palabras de Solalinde debe responder a las necesidades del pueblo de México y no de los grandes intereses económicos y políticos.
Tanto los mecanismos como el movimiento social que dará vida a la nueva Constitución parte de lo que funciona y beneficia al pueblo, consideró el clérigo.
Solalinde añadió que es necesario hacer una especie de inventario social para retomar los avances que existen y para “ver qué instituciones, qué iglesias, qué experiencias, qué valores, qué mecanismos de diálogo y consulta tenemos”.
De entrada, la idea del nuevo constituyente tiene similitudes con las propuestas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), las Asambleas Populares de Oaxaca (que a su vez emanaron de los usos y costumbres indígenas), así como las policías comunitarias de Guerrero.
Los pueblos indígenas son la salvación de México y de Estados Unidos porque tienen un sentido sagrado de la existencia y se niegan a ponerle precio, señaló Solalinde ante varios jóvenes chicanos y mexicanos que se reunieron a escucharlo en el Eastside Café de El Sereno, California.
Esta nueva constitución sería la primera carta magna en toda la historia de México que tendría la participación activa de la mayoría de gente en México.
Algunas maneras de avanzar este proceso es a través de la operación de concejos ciudadanos, asambleas de barrio, talleres y núcleos de opinión y escucha. A partir de ahí se harían diagnósticos para abordar tanto los problemas de implicaciones de largo plazo como los más urgentes, por ejemplo, en la cuestión económica, cómo ayudar a las personas que no tienen trabajo, en la seguridad, cómo cuidarse unos a otros para que no secuestren a los hijos, etcétera.
La Constituyente ciudadana es un eje operativo que va más allá del descontento y las marchas de protesta para encausar la visión de cómo se va a reconstruir o refundar el México que los mexicanos anhelan.
Los convocantes son facilitadores de este proceso que busca reactivar las células que dan vida a México partiendo de las personas, extendiéndose a la familia, las colonias, barrios, pueblos, ciudades, estados, escuelas, iglesias, y organizaciones sociales, excepto los partidos políticos. Solalinde aclara que en el nuevo constituyente pueden participar militantes de partidos políticos pero lo harán a título individual no partidista.
Se trata de una renovación total del Estado Mexicano, dijo Solalinde, incluyendo al Ejecutivo, los poderes legislativo y judicial porque los “tres poderes del gobierno están infiltrados por el narco”.
Proceso Electoral
Uno de los retos para los constituyentes son las elecciones para renovar diputaciones en 14 estados de la República Mexicana y el Distrito Federal, a realizarse el 7 de junio y el 19 de julio.
Hasta el momento, las principales posturas entorno a las elecciones son: marcar el número 43 como manera de expresar repudio por la desaparición de estudiantes (lo cual eleminaría el voto), la absteción electoral y boicotear las elecciones. Estas posturas están causando controversia pero la idea es llegar a un consenso el próximo 21 de marzo, cuando se llevará a cabo una discusión y acuerdos sobre el tema.
Reunión de Solalinde con clérigos y laicos por la justicia económica. Foto: Bertha Rodríguez.
Transformaciones de Fondo
Solalinde afirma que la constituyente ciudadana es una opción pacífica pero muy firme para cambiar el rumbo de México a través de una resistencia civil a nivel social.
Las ideas del sacerdote católico no se quedan en el aspecto colectivo sino que profundizan hacia el ámbito personal.
En una reunión con clérigos de iglesias de diversas denominaciones, incluida la iglesia metodista en Echo Park, Solalinde dijo que la deshumanización causada por el modelo neoliberal de la economía ha provocado crisis a nivel global.
La plática se llevó a cabo en el Centro Catedral de la Diócesis Episcopal de Los Angeles y fue organizada por la organización Clérigos y Laicos Unidos por la Justicia Económica (CLUE), ahí Solalinde fue acompañado por Angela Sanbrano, directora ejecutiva de la Red Mexicana de Líderes y Organizaciones Migrantes (Red Mx), quien en los años 80 impulsó el movimiento de solidaridad con los migrantes centroamericanos que huían de la guerra, también estuvo presente el padre Richard Estrada y otros líderes religiosos.
Ante ellos, Solalinde hizo un análisis sobre el neoliberalismo y las formas en las que ha causado la descomposición social en los países de Centroamérica y cómo ha propiciado las migraciones.
También hizo una reflexión filosófica. Dijo que para lograr una revolución es necesario cambiar las relaciones humanas, “reconstruir las relaciones del hombre con su comunidad”.
Insistió en que que se tienen que humanizar las relaciones entre las personas ya que en el sistema capitalista todo está privatizado y mediatizado por el dinero.
Reconoció que la iglesia católica “a la que amo”, ha sido convertida por algunos altos jerarcas en una oficina de administración de ceremonias religiosas más que promotora de lo que llama el reino de Dios: la humanización de la interacciones a nivel social y personal.
La crítica fue extendida a otras religiones porque dijo que ofrecen a Cristo en un catálogo o menú a gusto de los clientes. Por eso, opinó que para lograr transformaciones en México “no hay que esperar que las hagan las jerarquías porque están con el poder”.
Añadió que los mexicanos han emprendido la tarea de reconstruir al país pero la tarea más grande es para quienes dentro de Estados Unidos también buscan un cambio. Consideró que las formas dominantes de relacionarse en este país son deshumanizantes porque los ciudadanos no son tomados en cuenta en las decisiones importantes, sino que las decisiones responden a los intereses del uno por ciento: los bancos, el poder financiero y Wall Street “para acaparar más dinero”.
Articulación Transfronteriza
En los tres días de reunión con Solalinde, los migrantes manifestaron interés en integrarse al nuevo constituyente para incorporar la problemática migrante y para articular propuestas que pudieran ser consideradas en la Asamblea Nacional Constituyente Ciudadana-Popular en México programada para el dos de mayo.
Entre los convocantes de la constituyente se encuentran ciudadanos que son figuras públicas como el pintor oaxaqueño Francisco Toledo, el Poeta Javier Sicilia y el obispo de Saltillo Raúl Vera; también están el líder estudiantil Omar García, defensores de los derechos humanos de los migrantes y sindicalistas.
Solalinde anticipa que las transformaciones como la que se buscan no son tarea de un solo individuo u organización. “Ustedes son los importantes”, advierte.
En esta ocasión los migrantes escucharon a Solalinde pero esperan recibir pronto a los padres de los normalistas desaparecidos.